La Respiración Mecánica
Se denomina así al proceso cíclico que mantiene constante la
cantidad de aire de los pulmones. Abarca dos fases: la INSPIRACIÓN, que introduce el aire atmosférico en los pulmones, y
la ESPIRACIÓN, que lo expulsa. Para
ello, los órganos del sistema respiratorio cuentan con estructuras anexas: el DIAFRAGMA, los MÚSCULOS INTERCOSTALES y los MÚSCULOS
ABDOMINALES son las que desempeñan las funciones más importantes (ver
cuadro).
El diafragma es un tabique de tejido muscular y tendinoso que divide la cavidad torácica de la abdominal. Las fibras musculares se reúnen en un tendón central, que es el encargado de tirar hacia abajo y ampliar la cavidad torácica. El diafragma presenta una serie de agujeros por los que pasan diferentes estructuras, como la aorta, el esófago y la vena cava inferior.
Los músculos intercostales están insertos entre las costillas, y forman las paredes del tórax.
INSPIRACIÓN: Cuando inspiramos, el diafragma
y los músculos intercostales externos e internos
se contraen. En la inspiración forzada (provocada
por una actividad intensa y de alta exigencia respiratoria)
intervienen, además, los músculos pectorales
y los esternocleidomastoideos.
Al contraerse el diafragma, su centro desciende, lo
que produce un aumento vertical de la caja torácica, y empuja las vísceras abdominales hacia abajo.
La contracción de los músculos intercostales
produce la elevación de las costillas y proyecta el
esternón hacia delante. De esta forma, los diámetros
anteroposterior y transversal de la caja aumentan,
y hacen que aumente el volumen de los
pulmones. El aumento de volumen crea un vacío
y, por lo tanto, una diferencia de presión con respecto
a la presión atmosférica. De este modo, el
aire atmosférico ingresa para lograr un equilibrio.
ESPIRACIÓN: Se produce cuando el diafragma
y los músculos intercostales se relajan (vuelven
a su posición habitual). Es decir, el diafragma
se eleva y las costillas descienden, por lo que
disminuye el volumen de la caja torácica y, en
consecuencia, de los pulmones. La disminución
del volumen presiona el aire de los pulmones y
hace que salga al exterior. También contribuye la
contracción de los músculos abdominales, que
comprimen la cavidad abdominal y empujan el
diafragma hacia arriba.