El sistema ósteo-artro-muscular
Este sistema está
conformado por piezas duras y rígidas, y partes más blandas y flexibles. Es el
más voluminoso del cuerpo humano y el responsable de los movimientos del
cuerpo, el sostén y la protección de los órganos vitales.
El sistema ósteo-artro-muscular está integrado por los huesos, los
ligamentos, los cartílagos y los músculos. Determina la talla y modela el
cuerpo de la persona.
Los huesos son piezas óseas, resistentes y duras, que se
relacionan entre sí. El conjunto de huesos se llama esqueleto.
Una de las funciones del esqueleto es sostener las partes
blandas del cuerpo. Es decir, sin él, nuestro cuerpo no tendría consistencia.
El esqueleto, también, forma cavidades donde se alojan
importantes y delicados órganos (corazón, pulmones, encéfalo).
Las articulaciones
son un conjunto de partes blandas que unen dos o más huesos. Se clasifican
según su movilidad en: diartrosis (muy movibles), anfiartrosis (semimóviles),
sinartrosis (inmóviles).
Los músculos
cubren casi totalmente el esqueleto (salvo la parte del cráneo); sus extremos
se insertan en los huesos.
Están atravesados por venas y arterias, que llevan glucosa y
oxígeno a sus células.
Son la parte activa del sistema: como se contraen y se
relajan, actúan como verdaderas palancas y mueven los huesos.
Cada movimiento es el resultado de la contracción y la
relajación simultánea de los pares de músculos intervinientes.
Desde el comienzo de la humanidad, el sistema
ósteo-artro-muscular permitió a las personas desplazarse para conseguir sus
alimentos, y tomar y manejar numerosas herramientas que fue creando, hecho que
las distinguió de los demás mamíferos. Además, este sistema permite soportar
cargas que pueden exceder el peso del cuerpo, por lo que las personas son
capaces de transportar y desplazar objetos.
Los huesos
constituyen la parte pasiva del sistema, mientras que los músculos son la parte
activa, ya que se contraen y se relajan, produciendo el movimientos de los
huesos.
Los músculos no trabajan todos al mismo tiempo, sino que lo
hacen alternativamente. Pero nunca se relajan por completo. Si lo hicieran, nos
caeríamos. ¿Por qué se contraen y se relajan los músculos? Porque están regidos
por el sistema nervioso. El punto de contacto entre ambos es la placa motora, donde las órdenes del sistema nervioso llegan a los
músculos.
El cuerpo humano cuenta con más de 600 músculos, de todas
formas y tamaños, que constituyen el 40 % del peso corporal. El peso de los
huesos es aproximadamente un 18 % del total. Se asegura que el ejercicio físico
fortalece los músculos. Esto significa, en realidad, que por medio de la
actividad se van llenando de vasos sanguíneos y, por lo tanto, llega más sangre
a ellos (y más oxígeno). Un músculo ejercitado puede realizar mayores esfuerzos.